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¿Cómo elegir la mejor caldera?

La elección de la caldera es una decisión que debe meditarse ya que de ella dependerá no solamente nuestro confort diario sino también la cuantía de nuestra factura de suministros. Por ello, ante cualquier decisión de este tipo, es necesario ante todo contar con asesores de confianza, que conozcan todos los productos del mercado y tengan experiencia en su instalación y uso.

 

¿Por qué cambiar de caldera?

Según la Asociación de Fabricantes de Generadores y Emisores de Calor (FEGECA), el 65% del parque de calderas instalado en la UE, que asciende a más de 120 millones de aparatos, es viejo e ineficiente.

Si ese es nuestro caso, tendremos que plantearnos cambiar la caldera por algún modelo actual, que emita menos residuos y, a la vez, sea más eficiente y menos costoso. Ante la duda, lo más recomendable es acudir a un especialista que nos pueda asesorar sobre:

  • Las necesidades de nuestro hogar: dichas necesidades variarán en función del tamaño de la vivienda, de su aislamiento, pero también del número de personas que la habiten, así como de sus costumbres.
  • El impacto de la caldera en las facturas de suministros: tendremos que considerar tanto el coste de la instalación como, sobre todo, el coste del combustible que vamos a emplear y de la eficiencia energética de la caldera.
  • El impacto ambiental de la caldera: en relación con la eficiencia energética y directamente relacionado con el combustible empleado, nuestra caldera generará mayor o menor impacto medioambiental.

¿Qué combustible elegir?

Las calderas pueden clasificarse según el tipo de combustible que emplean. En general, hablamos de tres grandes tipos de caldera según combustible:

  • De gas: el más habitual es el gas natural.
  • De biomasa: son combustibles sólidos de origen generalmente vegetal como los pellets. Tienen menor impacto ambiental, pero requieren espacio de almacenaje del combustible.
  • De combustible líquido, como el gasóleo, que requiere espacio de almacenaje y que suele limitarse a aquellos lugares a los que no llega la red de gas.

La elección entre uno u otro sistema dependerá generalmente de la disponibilidad del combustible en la ubicación de la vivienda, pero también del coste de cada uno de ellos y de las necesidades de nuestro hogar.

También existen calderas eléctricas, que calientan el agua sanitaria o de calefacciones mediante el uso de electricidad. Su instalación no reviste ninguna dificultad, aunque el coste de la electricidad, superior al del gas, puede abultar la factura de suministros.

Según las necesidades del hogar que cubren, las calderas pueden ser de calefacción o, lo que es más habitual, de calefacción y ACS, es decir, calderas mixtas que sirven a la vez para la calefacción y para calentar el agua sanitaria.

Las calderas mixtas, a su vez, pueden ser instantáneas o de acumulación de ACS, según si calientan el agua a medida que existe demanda o si la acumulan para hacer frente a necesidades más específicas.

Las calderas también se distinguen por su sistema de combustión: a las antiguas y actualmente prohibidas calderas atmosféricas, les siguieron las calderas estancas que, a diferencia de las primeras, no toman el aire directamente de la estancia en la que se ubican.

Dentro de este grupo, sin embargo, existen varias clasificaciones según su nivel de eficiencia energética.

En Garro, disponemos de distintos tipos de calderas, con distintas posibilidades de colocación: calderas de pie, calderas murales, etc. pero lo más importante es que tenemos expertos que te ayudarán a elegir, sin miedo a equivocarte, la opción que mejor te conviene.

En Garro encontrarás todo lo que necesites. ¿Tienes dudas?